500 days of summer (Review)


¿Alguna vez te rompieron el corazón? ¿Sobreviviste, con cicatrices espantosas, a una relación tormentosa? ¿Le tiraste a él, tal vez, el proverbial cenicero en la nariz o fuiste vos, macho argento, el que dio un portazo para nunca más volver? Estas preguntas, tan típicamente neuróticas, tan simbólicas de nuestros tiempos, nos identifican con la trama de “500 días con ella”, la opera prima del director de videos de MTV, Marc Webb.

Su plan es ambicioso: contarnos lo mejor de una historia de amor y lo peor de su desenlace. Tom (Joseph Gordon-Levitt), un arquitecto que trabaja hace años en una compañía de tarjetas especiales, es un romántico incurable: va por la vida con el corazón en la manga, esperando encontrarla a ella, su media naranja. Cuando conoce a Summer (Zooey Deschannel), la nueva secretaria del jefe, cree haberla encontrado. Pero ella, mujer moderna, no cree en etiquetas. Hija de padres separados, asume que todas las relaciones monógamas traen, eventualmente, complicaciones. “El amor es difícil – le dice a él en su primera cita – hay muchos sentimientos dando vueltas y a la larga todos salimos lastimados”. Tom no la escucha y avanza igual, enamorándose irremediable y absolutamente. Pero justo cuando el espectador asume que los justos de corazón han ganado, que el afecto ha triunfado, se quiebra la historia de amor y empieza la otra, mucho más ingrata; la del desamor.

Con un presupuesto magro, no fue fácil para Webb contar las dos caras de una misma historia. Para ello emplea a Zooey Deschannel y Joseph Gordon-Levitt, famosos dentro del movimiento de cine independiente americano – a esta altura, casi un género en si mismo—y explota, sin excepción, los típicos recursos de película de Sundance: la música folk, la vestimenta retro, los silencios entre los planos, la anacronía como medio para contar la historia en “flashbacks”. Lo esencial de “500 días con ella” es que no abusa de los clichés de película independiente, sino que los incorpora a la historia y los convierte en la médula de los personajes. Las canciones de “The Smiths” y el amor de ella por Ringo Starr, por ejemplo, ilustran un momento bisagra entre Summer y Tom, el punto en el que él cree ver en ella a la mujer de su vida. En “500 días con ella”, entonces, estos recursos son utilizados de manera inteligente y no como planteo snob o accidental de director amateur de cine.


Es que “500 días con ella” triunfa por su simpleza; por contar, a su manera, la historia de cada uno de nosotros. Pero también se atreve a ir ahí, donde muchos directores de Hollywood han ido, y da un paso más. Para Marc Webb, como finalmente para Tom, lo importante no es el tiempo que transcurre desde el flechazo hasta que se rompe el corazón, sino el viaje de transformación. La sensación agridulce que queda después de ver “500 días con ella” es intencional y está ahí para recordarnos que nadie sobrevive una relación entero, sin haber producido los anticuerpos necesarios para resistir la próxima.

----

Escrito para Habilitación Profesional I

3 comentarios:

Unknown dijo...

Como siempre escribas sobre lo que escribas, cautivas al lector. Creo que eso hace que te lea con tanta frecuencia.
Aparte amé esta película, lloré durante y lloré un buen rato después (mientras Hernán, con cara de desesperación, traía Coca Cola, sanguchitos, carilinas y abrazos).

Florencia Pulla dijo...

Gracias, Lu! :)

danyb. dijo...

muy buen review... muy buena película, concuerdo con casi todo lo enunciado.

Publicar un comentario